¿Qué son?
Son compuestos orgánicos que están presentes
en forma natural en todos los seres vivientes, ya sean bacterias, plantas o
animales.
Las
vitaminas se hayan en muy pequeñas cantidades, participando en el metabolismo
de los alimentos: carbohidratos, proteínas y grasas, para que podamos obtener
de ellos la energía necesaria para nuestro normal crecimiento, desarrollo y
funcionamiento.
Las
vitaminas no pueden ser sintetizadas por nuestro organismo, por lo que deben
ser ingeridas a través de los alimentos o en forma de suplementos. La
deficiencia de una vitamina produce una enfermedad específica, llamada también
avitaminosis.
Clasificación
Las vitaminas se dividen convenientemente en
dos grupos: hidrosolubles (o
solubles en agua) y liposolubles (o
solubles en grasas). Esta división no solo tiene interés académico, sino que
tienen sus implicaciones clínicas como veremos más adelante.
Las
vitaminas hidrosolubles (las del complejo B y la C) se absorben fácilmente y se
transportan sin dificultad a través de los líquidos corporales. A diferencia de
las vitaminas liposolubles, no se acumulan en el cuerpo, por lo que su exceso
se elimina por la orina. ¿No ha notado usted una coloración obscura y un olor
penetrante en la orina al tomar vitaminas?
Las
vitaminas liposolubles (A,D,E,K) sí se acumulan en el hígado y en las grasas
corporales, por lo que su ingesta en exceso puede producir toxicidad. Esto
explica el por qué, tomar suplementos con concentraciones elevadas de una o más
de estas vitaminas puede ocasionar daños.
Una
persona que lleve una dieta balanceada, que incluya una variedad de frutas y
verduras, cereales enteros (alimentos integrales), semillas, carnes, pescado,
huevos y leche, estará obteniendo todas las vitaminas que su cuerpo necesita.
Pero
muchas personas toman vitaminas innecesariamente. Peor aun, muchos médicos las
recetamos en respuesta a un reflejo condicionado. Porque nuestros antecesores
lo hacían y ambos hemos sido inducidos por la publicidad de la industria; no
nos preguntamos el por qué ni para qué. Afortunadamente esta práctica está
desapareciendo a medida que los médicos nos educamos en el campo de la
Nutrición.
¿Quiere
esto decir que nunca debemos tomar suplementos vitamínicos? De ninguna manera;
existen situaciones en las que recomendamos tomar un multivitamínico ─que
contienen pequeñas cantidades de todas las vitaminas─ y así evitar los riesgos
de una posible intoxicación.
En
otros casos, se recomienda tomar un tipo de vitamina específica, ya sea para
tratar una enfermedad por deficiencia de esa vitamina (avitaminosis), o bien
como coadyuvante en el tratamiento de padecimientos como la osteoporosis, en el que se aconseja
tomar vitamina D con calcio, para fortalecer los huesos.
Hoy
día en que el acceso a los alimentos ha mejorado tanto, los estados de
deficiencias vitamínicas son raros, y producto mayormente de la crueldad
humana, como en el caso de las guerras y los campos de concentración. También
de desastres naturales, como las sequías prolongadas.
Tres
causas frecuentes de avitaminosis múltiple hoy día son: 1) el alcoholismo, 2)
las dietas muy restringidas con el objetivo de perder peso y 3) la mala
absorción intestinal, como en el caso de las diarreas crónicas.
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