5/8/15

Lupus eritematoso sistémico



Salpullido facial en forma de alas de mariposa
Foto: Wellcome Images - Flickr

El lupus eritematoso sistémico (LES), o simplemente lupus, es una enfermedad inflamatoria crónica, de causa desconocida, que afecta la piel, las articulaciones, el cerebro, los riñones y otros órganos internos.

Se le llama sistémico porque afecta varios órganos y sistemas del cuerpo, a diferencia del lupus discoide, que, generalmente, solo afecta la piel.

Los síntomas cardinales son: fatiga, dolores de cabeza y musculares, articulaciones hinchadas y dolores, salpullido y fiebres.

El 90% de los afectados son mujeres, aunque también puede presentarse en hombres, niños y ancianos.


Epidemiología


La prevalencia del lupus es de 1 en 3,500. Esto quiere decir que de cada 3,500 personas, una tiene lupus. Pero esto puede variar mucho en diferentes poblaciones, dependiendo de la raza, la edad y el género.

Por ejemplo, la mayoría de los pacientes son mujeres entre 15 y 44 años de edad. También sabemos que las mujeres de raza negra tienen una frecuencia del lupus 2-3 veces mayor que mujeres de raza blanca o caucásica. Además, es más frecuentes en ciertos grupos étnicos como los hispanos, asiáticos y algunos grupos indígenas americanos.

Causa


El sistema inmunológico está compuesto por los glóbulos blancos y los anticuerpos que estos producen. Estos circulan por la sangre y la linfa, y normalmente nos defienden contra agentes externos como virus y bacterias.

El lupus es una enfermedad autoinmune. O sea, que es causada por una alteración del sistema inmunológico, caracterizada por la producción de autoanticuerpos que atacan y destruyen los tejidos sanos del propio cuerpo (de auto, uno mismo; y anti, en contra de).

Ejemplos de otras enfermedades autoinmunes son: tiroiditis, artritis reumatoide, esclerosis múltiple y diabetes tipo 1.

No conocemos una causa única que haga que el sistema inmunológico actúe de esta forma descontrolada en el lupus, pero sí una serie de factores contribuyentes:


  • Genética Aunque no es una enfermedad hereditaria propiamente dicho, las personas afectadas suelen tener parientes con lupus u otra enfermedad autoinmune
  • Hormonas Los estrógenos, principales hormonas femeninas, facilitan la aparición de la enfermedad. Esto se apoya en el hecho de que la mayoría de los pacientes son mujeres en etapa reproductiva (15-44 años de edad)
  • Rayos de sol La mayoría de los pacientes sufre un brote (empeoramiento de la enfermedad) con la exposición prolongada a los rayos de sol
  • Estrés El estrés crónico tiene un impacto negativo sobre la enfermedad
  • Agotamiento El ejercicio o trabajo en exceso puede precipitar la aparición o un brote de la enfermedad

Síntomas


Estos pueden variar grandemente, dependiendo de los órganos afectados. Por eso, al lupus lo llaman “el gran imitador”, porque puede simular otras enfermedades. Y puesto a que el lupus suele mejorar y  empeorar a través del tiempo, los síntomas también pueden cambiar. Los más comunes son:

  • Artritis
  • Fatiga
  • Fiebre
  • Salpullido
  • Sensibilidad al sol
  • Dolores de cabeza
  • Dolores musculares
  •  Úlceras orales (en la boca)
  • Alopecia (pérdida de cabello)
  • Hinchazón de las piernas o alrededor de los ojos

A continuación comentaremos algunos de estos síntomas.

Artritis


Es el síntoma más frecuente en el lupus, pues está presente en 95% de los casos en algún momento de la enfermedad. Puede haber dolor, hinchazón y enrojecimiento en varias articulaciones durante años antes de que otros síntomas aparezcan.

Las articulaciones más afectadas son las de los dedos, muñecas y rodillas.


Artritis de los dedos, muy común en el lupus
Foto: David Jones - Flickr

Fatiga


La fatiga o cansancio es uno de los síntomas más frecuentes, y muchas veces es lo que hace que el paciente acuda al médico. Puede ir desde leve a severa. A veces, la fatiga puede ser tan discapacitante que el paciente no puede mantener un empleo o hacer las tarea del hogar.

Pero este síntoma es muy inespecífico, lo que puede retardar el diagnóstico cuando es el síntoma de presentación, pues está presente en muchas otras enfermedades, como: hipotiroidismo, depresión, cáncer, anemia, hiv-sida, tuberculosis, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica y otras.

Salpullido


Entre las lesiones cutáneas, es característico el salpullido en la nariz y los pómulos, en forma de alas de mariposa. La piel se vuelve sensible a los rayos del sol, sobre todo las áreas expuestas, como los brazos, codos, cuello y parte alta del pecho. Puede haber pérdida de pelo.

Sensibilidad al sol


La sensibilidada al sol o fotosensibilidad es una característica importante del lupus. Muchos pacientes empeoran con la exposición a los rayos ultravioletas (UV) del sol u otras fuentes de rayos UV, como son las lámparas de tubos fluorescentes que frecuentemente se usan en las oficinas.
Hablaremos más sobre esto en la sección del tratamiento.

Laboratorio


Hemograma


El  hemograma es una analítica muy sencilla que mide la concentración de hemoglobina, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre. En el lupus, todos estos elementos pueden estar disminuidos, pudiendo dar las siguientes complicaciones:

Anemia Se detecta por la disminución de la hemoglobina o los glóbulos rojos. Puede contribuir a la fatiga.

Leucopenia Consiste en la disminución de los glóbulos blancos por debajo de 4,000/uL, lo que predispone a las infecciones.

Trombocitopenia Se llama así a la disminución de las plaquetas por debajo de 100,000/uL, lo que puede dar lugar a hemorragias o moretones debajo de la piel.

Autoanticuerpos


ANA (anticuerpos antinucleares, por sus siglas en inglés). Esta es la primera prueba que se realiza cuando se sospecha lupus. Está positiva en el 98% de los casos. Por lo tanto, es una prueba muy sensible, ya que está positiva en casi todos los pacientes con lupus. Pero no es muy específica, ya que puede estar presente en algunos pacientes sin lupus.

Anti ADNdc (anticuerpos anti ADN de doble cadena). Cuando el ANA está positivo, se debe ordenar esta prueba, que es más específica para el lupus, pero menos sensible, ya que está presente en solo 73% de los casos.

Pruebas renales


En 50% de los pacientes con lupus, los riñones pueden afectarse en algún momento de sus vidas, por los que es necesario realizar pruebas renales periódicamente.

Examen de orina Se debe investigar la presencia de proteína (albúmina) en el examen de orina.

BUN y creatinina Son sustancias resultantes del metabolismo de las proteínas, que deben ser eliminadas por los riñones a través de la orina. Cuando estos no funcionan bien, estas sustancias empiezan a elevarse en la sangre. Es lo que llamamos insuficiencia renal, una de las complicaciones crónicas del lupus.

Diagnóstico del lupus


El diagnóstico se basa en los datos obtenidos en la historia clínica, el examen físico y las pruebas de laboratorio. Nunca se debe hacer basado en el resultado de las analíticas solamente.

Hay que tener en cuenta que los anticuerpos de lupus pueden estar positivos un día y negativos unos meses más tarde. Solo un doctor con experiencia puede diagnosticar y tratar el lupus.

Embarazo y lupus


El lupus no es una contraindicación para salir embarazada. De hecho, la mayoría de los embarazos son normales. Pero sí es importante que estos se planifiquen y que la paciente comunique a su médico que planea embarazarse, ya que hay medicamentos que no deben usarse en el  embarazo.

Hay 2 problemas potenciales de los que necesitamos hablar:

1. Abortos espontáneos


Los abortos espontáneos son 2-3 veces más frecuentes en mujeres embarazadas con lupus. Hay mujeres que en varios intentos no pueden llevar un embarazo a feliz término. Se debe a la formación de coágulos de sangre en la placenta, lo que impide el paso de la sangre que nutre al feto.

El tratamiento con aspirina y anticoagulantes durante el embarazo disminuye considerablemente la ocurrencia de abortos espontáneos en mujeres con lupus.

2. Lupus neonatal


Algunos niños nacen con lupus neonatal, una condición transitoria que se debe al paso de anticuerpos de lupus de la sangre materna a través de la placenta. Desaparece a los 6-8 meses de edad.

Pronóstico


La mayoría de los pacientes con lupus presentan un cuadro leve e intermitente, con fluctuación de los síntomas. Algunas personas incluso entran en remisión (ausencia de síntomas) durante varios años. Pero ¡ojo! esto no quiere decir que están “curados”.

Una minoría de los enfermos presenta un cuadro de empeoramiento progresivo, con un pronóstico ominoso.

El lupus no es una enfermedad mortal, como piensa mucha gente. Los avances terapéuticos de los últimos 30 años han permitido que las personas afectadas puedan llevar una vida cercano a lo normal. Las siguientes estadísticas avalan esta afirmación:


  • Para la década 1950-1960, la sobrevivencia a 5 años era de 50%. O sea, que a los 5 años del diagnóstico, la mitad había muerto
  • En la década 2000-2010, la sobrevivencia a 5 años fue de 95%. O sea, que solo 5% moría a los 5 años del diagnóstico

También es importante aclarar que el lupus no está relacionado con el cáncer ni con el vih-sida. Tampoco es una enfermedad contagiosa, pues no se adquiere ni siquiera a través de las relaciones sexuales.


Tratamiento del lupus


El lupus no tiene una cura definitiva. Los objetivos del tratamiento son: 1) controlar los síntomas; 2) evitar los brotes, y 3) evitar lesión de los órganos. Hay dos componentes igualmente importantes: 1) Manejo del estilo de vida y 2) Medicamentos.

1) Manejo del estilo de vida


Control del estrés

Tener una enfermedad crónica impacta nuestras vidas en muchas formas: relaciones personales y familiares, ocupación, finanzas y estabilidad emocional. Practique técnicas de relajamiento como la meditación, yoga, lecturas sobre crecimiento personal y espiritualidad. Algunos pacientes se benefician de la consulta con el psicólogo.

Dieta

Se recomienda llevar una dieta saludable que ayude a controlar el peso, el colesterol, la glucosa y la presión arterial.

Ejercicio

El ejercicio regular es beneficioso para el lupus.

Reposo

Hay que alternar la actividad con el descanso. Se debe evitar el ejercicio o el trabajo en exceso, lo que puede precipitar un brote.

Evitar los rayos solares  

Evite la exposición prolongada a los rayos solares, sobre todo a las horas de mayor intensidad, de 10 am-4 pm. Evite estar cerca de agua o nieve a esas horas, pues reflejan los rayos de sol. Lleve mangas largas durante el día, aun en verano, y use sombrero. Aplique crema protectora en todas las áreas expuestas al sol: cara, orejas, cuello, escote, brazos y piernas. Use crema con factor protector solar (SPF) de por lo menos 15, preferible mayor de 30.


En el lupus, es esencial protegerse de los rayos
solares. Foto: Michael Coglan - Flickr

Grupos de apoyo mutuo

Enfrentar una enfermedad crónica puede ser una experiencia abrumadora, más si se hace solo. Busque en su comunidad la filial de la Fundación de Lupus o Asociación de Lupus de su país. Aquí encontrará información, educación y el apoyo de personas que enfrentan los mismos problemas que usted. No deje de asistir.

2. Medicamentos


AINES  (Antiinflamatorios no esteroideos)

Estos son medicamentos que se usan para reducir la inflamación y el dolor. Son los mismos que se usan en la artritis. Los más usados son: diclofenaco, ibuprofeno, celecoxib y otros. En la fase temprana de la enfermedad, puede ser lo único que se necesite.

Anitmaláricos

Accidentalmente se descubrió que los medicamentos antimaláricos o antipalúdicos también son efectivos contra el lupus. El más usado es la hidroxicloroquina.

Glucocorticoides

También conocidos como esteroides, corticosteroides o derivados de la cortisona. El más usado es la prednisona. Se usan en casos más severos, pero muchos pacientes son mantenidos con dosis bajas de prednisona. Son los medicamentos más útiles y más usados en el tratamiento del lupus.


Prednisona, el medicamento más usado en el lupus
 Foto por: Thirteen of Cubs - Flickr

Agentes inmunosupresores

Se usan en caso de complicaciones avanzadas en órganos como los riñones. Actúan disminuyendo la formación de anticuerpos, por lo que las infecciones son una de las complicaciones potenciales. Los más usados son: ciclofosfamida, azatioprina y metotrexato.


Estos medicamentos son de uso delicado, que se deben prescribir bajo la supervisión de médicos especialistas como el reumatólogo o hematólogo.


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