El síndrome
del nido vacío se refiere a la sensación de soledad, tristeza o depresión que
afecta a los padres cuando uno o más hijos se marchan del hogar, ya sea para ir a
la universidad o al casarse.
Muchas
madres, especialmente las que desarrollan un fuerte vínculo afectivo con sus
hijos, se sienten reemplazadas cuando sus hijos se casan. Lo describen como una
sensación de “vacío” que queda en la casa.
Para
complicar la situación, muchas veces esta experiencia coincide con el período
de la menopausia, que de por sí constituye una etapa de cambios y
vulnerabilidad.
Aunque es
generalmente descrito en relación a las mujeres, muchos hombres pueden
experimentar sentimientos similares, causado por la pérdida de compañía y
afecto por la partida de los hijos.
La situación
es más difícil si los hijos se mudan a una distancia lejana, al hacer más
dificultosas las visitas.
Aspectos sociales y culturales
Los síntomas
de este síndrome son hoy día más frecuentes y severos, debido a la pérdida de
las redes sociales características de las sociedades tradicionales. Las
personas mayores hoy no gozan de la estrecha relación familiar y de vecinos que
existía hasta hace relativamente poco.
Muchas veces
las personas mayores se ven obligadas a vivir solas y aisladas, en contraste
con otros tiempos en que se les tenía en alta estima y hasta reverencia, y
recibían constantemente el afecto familiar, lo que hacía más fácil el proceso
de adaptación.
La
modernidad ha facilitado las migraciones y movilidad geográfica, lo que ha
repercutido en pérdida de compañía y lazos afectivos. La realidad es que en los
países occidentales estos valores se han ido perdiendo gradualmente.
Por otro
lado, el hecho de que las mujeres de hoy día sean más independientes y trabajen
fuera de la casa, les ha permitido tener una red de apoyo social que las hace
menos vulnerables.
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